Monday, July 20, 2009

Antonio Acevedo: Semana 6

Comencé mi sexta semana en Chiapas y la terminé en la Ciudad de México. Fue una semana corta y al a vez larga, pesada pero también de descanso, y eso sí, al igual que las demás semanas, me trajo muchas oportunidades para aprender y seguir creciendo. El domingo emprendimos el regreso de Palenque a Oaxaca a las 5 de la tarde, y tras pasar por Villa Hermosa en Tabasco, Coatzacoalcos en Veracruz, y Tehuantepec en el Istmo, llegamos a la ciudad a las 8:00 de la mañana. Saliendo de la terminal de ADO, nos dirigimos a Monte Albán, y a las 8:35 ya estábamos lavando trastes en la cocina del comedor. El resto del día se pasó muy rápido, y por la tarde en Xoxo dimos comienzo al curso de verano para los niños. Durante el verano estaremos jugando futbol con ellos en anticipación del torneo de futbol a finales del mes. Aunque la mayoría de los niños sí saben jugar futbol, hubo un grupo de niñas que por no querer, o por no saber jugar, se rehusaron a participar. Dada la situación, lo más propicio resultó ser que dejara que los que ya sabían jugaran un partido solos. Mientras tanto, yo practiqué con las niñas. El primer día todas me hicieron mala cara, al igual que hicieron cuando les pedí hace algunas semanas que se sentaran a hacer sus tareas. Sin embargo, al comenzar a patear el balón me di cuenta que sí sabían jugar un poco, y que lo más probable era que simplemente les daba pena o pereza ponerse a jugar. De todos modos acabaron pasándose el balón por unos 40 minutos y cuando terminamos estaban muy sonrientes. Lo más sorprendente de todo fue al día siguiente, pues las mismas niñas comenzaron a jugar, y a medida que fueron viendo que sí podían jugar, comenzaron a disfrutar al pasarse la pelota mientras yo intentaba quitárselas. Al igual que con las tareas, fue increíble ver a un niño o niña simplemente sonreír cuando ve que sí puede hacer algo que tal vez antes pensó no poder hacerlo. Algo parecido también ocurrió con la investigación de esta semana. Al principio, hace un par de semanas, sin tener my claro como íbamos a conseguir los datos que nos hacían falta para poder hacer el análisis que se nos pedía, me dio un poco de incertidumbre con respecto al proyecto. A pesar de esto, me he estado emocionando bastante a través de estas últimas semanas al ver como progresamos con la investigación. Ya esta semana empezamos a hacer una encuesta para recopilar los detalles que necesitamos, y la semana que viene esperamos poder hacer entrevistas y distribuir las encuestas a los niños y a sus familias. Por eso al final de esta última semana también me encontré muy sonriente. Tal vez tuvo que ver que el viernes también me encontraba en el DF, pero sin duda fue porque la semana estuvo muy divertida y me dejó muchas con ganas de regresar al trabajo el lunes. El jueves fue nuestro último día laboral de la semana, pues la mañana del viernes en Monte Albán la repusimos machacando papa en el comedor el miercoles, y así pudimos tomar un bus nocturno al DF el jueves. Al llegar el viernes por la madrugada nos dirigimos a un apartamento que una prima estaba alquilando en el DF, donde nos estuvimos quedando todo el fin de semana. Los siguientes tres días también nos terminaron de ir igual de bien al resto de la semana. Puedo ahora decir que verdaderamente quedé encantado con la capital Mexicana. A pesar de ser una ciudad enorme, la gente siguió siendo muy amable y acogedora, cosa que en una gran urbe no es tan común hoy en día. Los tres días en el DF nos alcanzaron para viajar el viernes hasta Teotihuacan, y para visitar la basílica de Guadalupe al regreso esa misma tarde. El sábado durante el día nos lo pasamos caminando por los barrios de San Ángel y Coayacán, y por la noche salimos a cenar en la colonia Condesa, el sector de rumba de la ciudad. El domingo conocimos el centro histórico, yendo a misa y subiendo al campanario de la catedral. También alcanzamos a conocer el Palacio Nacional, el Templo Mayor de los Mayas, y hicimos un tour de dos kilómetros a pie por las calles aledañas al zócalo. Terminamos el día viendo el atardecer desde el piso 41 de la torre Latinoamericana. En resumen a me quedaron muchas cosas por ver en la ciudad, pero creo que es mejor quedar con ganas de regresar y ver más. De esta manera dimos conclusión a nuestra sexta semana en México, y regresamos el lunes tempranito a las 8 de la mañana para comenzar una semana más.

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